sábado, 10 de diciembre de 2011

Bares y errores





Por un error cometido por uno de los editores de la Guía de Bares de la revista Etiqueta Negra, se publicó un primer borrador y no la versión final de la crónica que entregué para su publicación.

Aprovecho esta vía para hacer pública la versión final, la que debió ser publicada.

Para leer el texto hacer click aquí:






jueves, 26 de mayo de 2011

Querían pruebas...



Según uno de los cables de la Embajada de los Estados Unidos publicado por Wikileaks, Ollanta Humala admitió haber violado los derechos humanos de varias personas cuando dirigía, como capitán, el cuartel de Madre Mía. A quienes comentaron que no basta con los testimonios obtenidos por los periodistas que investigamos el tema, estos cables apoyan dichas versiones y, según la justicia, varios testimonios sí constituyen una prueba.


Sé que a muchos les cuesta creer o tendrán un argumento para justificar lo que hizo el "capitán Carlos", pero debo decir que yo no puedo votar por una persona que cometió las atrocidades perpetradas en esa zona del Perú. Fui yo quien oyó la voz aterrorizada de Jorge Ávila, el testigo del caso judicial, cuando me llamó por teléfono buscando ayuda porque era amenzado día y noche por "alguien" que quería que retire su acusación.

Y para los que creen que por esta razón le daré mi voto a Keiko, siento decepcionarlos, porque el "capitán Carlos" simplemente obedecía la política de lucha contra subversiva dictada desde el Pentagonito, donde dormía Fujimori y su hijita Keiko, y desde el SIN, donde vivía el ladrón de Montesinos. Una política ideada por esos dos socios en el poder que les dio carta libre a los militares para torturar, violar y matar a inocentes y culpables, y generar traumas en nuestra sociedad.

Es por esto que yo, este 5 de junio, votaré viciado. No me da la consciencia para votar por quien dio la orden de matar, ni mucho menos por quien la ejecutó.

domingo, 27 de marzo de 2011

No confío en el comandante.



No confío en Ollanta Humala. No confío en su vocación por la violencia -aunque ponga cara de carnerito-, no confío en su pacto con Chávez -aunque se vista de ejecutivo inglés-, ni confío en su hambre de poder -lleva años viviendo sólo para este momento.


Tal vez hubiera sido más fácil oír a mi romántico corazón zurdo y buscar el extremo opuesto: PPK, el que tranza con las mineras, el tío Sam que alguna vez me dijo -fuera de cámaras- que él sólo come cuy cuando lo prepara su arriero. Su arriero. ¿Cuánta gente tiene arriero en el Perú? En fin, nada de eso me asusta tanto como haber visto al comandante lanzar a su horda de "simpatizantes" contra una colega mía de La Ventana Indiscreta. Alexa Vélez, valiente videorreportera, estaba subida en el estrado de prensa haciendo su trabajo durante uno de sus mítines cuando el comandante, micrófono en mano, la señaló diciendo que ahí estaba el programa que lo fastidiaba. No sería nada si no fuera porque poco antes sus seguidores le cayeron a pedradas a una unidad móvil de Frecuencia Latina, canal que propalaba el mismo programa. Y tampoco sería nada si no supiéramos todos los que trabajábamos en ese canal que pasar junto a los "nacionalistas" significaba gritos, insultos y escupitajos.

Recuerdo cuando la Asociación de Radio y Televisión del Perú protestó frente a la Embajada de Venezuela por el cierre de RCTV, importante canal venezolano, debido a su línea editorial opositora al régimen de Chávez. Los "nacionalistas" de don Ollanta aparecieron enardecidos al otro lado de la calle. La policía tuvo que cerrar el acceso para evitar una gresca segura, pero aún así, cuando crucé para retirarme en prudente silencio, un grupo me rodeó, gritó, escupió y gracias a la intervención de la policía no alcanzó a golpearme.



Tampoco me causaría recelo el señor comandante si no hubiera tenido que seguirlo en un viaje proselitista a la ciudad de Tacna. El candidato enmudecía cada vez que yo le hacía una pregunta y en un momento le hizo una seña a uno de sus hombres de seguridad para que evitara que me le acerque. Su matón me lanzó un codazo en la sien que hasta ahora recuerdo y cuando empecé a quejarme el comandante me regaló una risita de medio lado.


Incluso intentaría creerle si no hubiera hablado en persona con uno de los testigos del caso Madre Mía que sobrevivió a la detención en el cuartel que Ollanta Humala comandaba. Un hombre al que torturaron, al que intentaron matar y cuya hermana y cuñado desaparecieron para siempre en la margen del río Huallaga. Ese testigo fue neutralizado y el comandante librado de todo señalamiento.




Por todas estas razones yo, como ciudadana, no confío en el comandante que crece en las encuestas. No me creo su pose de beato que reza el rosario ni me como el cuento del terno para sacudirse el color rojo Chávez que lucía antes en su camiseta. No creo en su peculiar respeto por la democracia, los derechos humanos y la libertad de expresión, ni creo en su espíritu de servicio luego de saber que su esposa cobraba miles de dólares en una planilla chavista por no hacer nada. No creo ni en sus críticas, luego de que el "nacionalista" le regalara a la señora Nadine lujosos relojes mientras despotricaba contra la burguesía peruana.

Francamente, yo al señor Humala no le creo nada, que el lobo no se vuelve oveja ni el golpista se hace demócrata por obra y gracia de una elección.


* Imágenes tomadas del portal LaMula.

sábado, 11 de diciembre de 2010

El hombre tras bambalinas

Cuando lo entrevisté hace 6 años, Artemio admitió que existía una alianza con el movimiento cocalero e, incluso, que "colaboraba" con el narcotráfico a cambio de ayuditas para sobrevivir en la selva. Ahora, gracias a una operación de inteligencia de la policía, sabemos que era mucho más que una alianza.

Nota propalada en Día D, domingo 28 de noviembre de 2010.

jueves, 25 de febrero de 2010

Parte 2

PPK en Abancaycito

jueves, 26 de noviembre de 2009

Ala-crán


Este par de alas, realmente, hace negocios de altura. Ya casi no me extraña que se haya metido a la bolsa a medio Poder Judicial, pero me llama la atención que haya firmado convenios incluso con el Despacho Presidencial. Según su propia página web tiene un "convenio marco de colaboración interinstitucional" entre el DESPACHO PRESIDENCIAL Y LA UAP. Juaaaaaaaaaat? Me pregunto qué clase de "colaboración" es esa. Se me hace que hay algo mucho más grande en este asunto. Hurm... estas alas hieden a leguas.